Movimiento 29 de enero - Dignidad con Paz.
Esdras Camacho.-
“Contigo aprendí
A ver la luz del otro lado de la luna…”
Armando Manzanero
Compositor
Existirá una palabra para describir una singular emoción de valentía destacable y singular… ¿Inolvidable? ¿Imborrable? ¿Histórico? No basta una, no podría resumir el cúmulo de sentimientos que se vivieron en uno de los episodios recientes en la vida de nuestra amada ciudad serrana: Motozintla.
Los que asumen el cargo de gobernantes asumen a su vez, un poder excepcional, el emperador, perdón… quiero decir el tlatoani… Perdón otra vez, quise decir el que lleva la investidura del poder ejecutivo, toma decisiones que sólo son comprensibles para una minoría, esa minoría que es la élite empresarial o en palabras de AMLO, “La mafia del poder”.
La razón de mover de sede el centro político que significa una cabecera de distrito obedece entonces a razones que la mayoría desconoce pero que casi siempre la sociedad acepta callada, sumisa y mansamente.
No obstante la singular respuesta que tuvo el Sr. Juan Sabines a su decreto de trasladar de Motozintla hacia Frontera Comalapa la cabecera de distrito en enero del año 2011, es para la ciudadanía Motozintleca -aún hoy a 11 años de distancia- el suceso político de resistencia pacífica ejemplarmente poco común.
La sorpresiva comunidad que se formó por 72 horas en la que no hubo distingos de oficios, ni credos, ni ideologías fue una resistencia firme, severa, no apacible, pero tampoco violenta, la mayoría puso primero el interés colectivo, el bienestar de las familias de este poblado que desde siempre es la capital de la Sierra.
Una comisión de portavoces ciudadanos mantuvo una negociación con funcionarios de primer nivel del Gobierno Sabinista al interior del palacio de gobierno municipal, mientras afuera la multitud expectante aguardaba los puntos de solución que garantizaran justicia.
La cicatriz de aquella herida, no provoca dolor, sino al contrario ahora que es recuerdo, es deliciosa.
La verticalidad del poder encontró en la sierra, un macizo y robusto músculo, halló lo que en ningún otro lado había encontrado, la enseñanza de que la paz también se exige.
La escuela política no solo se aprende en las aulas, la educación se aprende fortaleciendo el poder de la ciudadanía, alimentando la rebeldía ante lo injusto, escuchando al compañero, en comunidad, a flor de calle, sintiendo que somos uno con el otro, y el otro es merecedor de respeto.
Antes que mirar el refulgor de hombres seudoilustres, (soñados solo en la imaginación de la élite), les invito a constatar que si hay y muchas, otras mujeres y otros hombres de gran dimensión y estatura que no andan en despachos, ni en establos, están acá, entre nosotros, a cada instante haciendo patria y aportando desde estas calles Motozintlecas, un humilde granito de arena para un mañana distinto y una mejor sociedad en la que quepamos todos.
Movimiento 29 de enero
Dignidad con Paz.
