viernes, 11 de noviembre de 2011

DIA DE MUERTOS, EN EL BARRIO LAS CRUCES

Esdras Camacho Texto y fotos El 1 de noviembre día de muertos acudimos de paseo mi amigo Reydover Pérez Velázquez, colaborador del sitio de internet ESPACIO CHIAPAS, y un servidor de paseo al cementerio del barrio “Las Cruces” del municipio de Motozintla Chiapas, a unos 1300 metros sobre el nivel del mar. Como es costumbre en ese tipo de celebraciones, la gente desde muy temprana hora colocaba arreglos florales sobre la tumba de sus seres queridos, afuera del panteón los comerciantes ofrecían sus productos, elote hervido, tamales, empanadas, chicles, dulces, palomitas , naranja con chile, entre otros.
La intención era presenciar y atestiguar la manera de celebrar a sus muertos, los habitantes de ese lugar y de paso, tomar algunas fotos, como testimonio. Ese día, los pobladores se reencuentran con otros habitantes que han emigrado hacia otros barrios, pero que regresan en ese día como parte de la tradición mexicana, el total de asistentes en total, suman a lo mucho trescientos.
Nuestra presencia fue advertida desde el momento mismo que descendimos del vehículo, compramos unas naranjas con chile y posteriormente nos pusimos a tomar algunas fotos. Ingresamos al panteón y cuando habíamos caminado a lo mucho treinta metros, un grupo de señores, con quepí y tolete, nos detuvieron y nos preguntaron la razón de nuestra visita, y porqué tomábamos fotos, volteamos vimos que al menos unos quince polícias rurales, estaban detrás de nosotros, y más atrás observé, se acercaban, rápidamente otros diez o doce, intrigados, igual que nosotros.
El mayor de ellos, don Macedonio Velázquez Domínguez, nos pidió identificarnos y nos dijo que ellos tienen la obligación de resguardar a la población y que lo hacen en forma voluntaria, y que por razones de tranquilidad de la población nos preguntaban, su tono era neutro. Explicamos que también nosotros teníamos familiares muertos enterrados. Por suerte el abuelo de mi esposa está sepultado ahí, y que veníamos a disfrutar de la fiesta tradicional, en son de paz y sin ninguna mala intención. Aprovechando el desconcierto, don Guadalupe Reyes, otro de los policías rurales, nos dijo, como en un susurro y en tono de súplica, “pero nosotros trabajamos desde temprana hora, y sin apoyo, ustedes van a dejar una cooperación”. Entendí que nos pedían algún pago, le dije que a la hora de la salida, los buscaba, pues no llevaba cambio. Comprendiendo o entendiendo el avionazo, don Macedonio, me tomó del Brazo y me dijo, en tono amistoso, pero nos van a tomar fotos…. ¡con todo gusto!, le dije y nos tomamos como unas 3 o 4 fotografías, para recordar el momento.
Nos llamó la atención, como se organizan los trabajadores de la seguridad del barrio, pues sin uniformes, sin instrucción de ninguna índole, sin recursos económicos y con pocos instrumentos de trabajo, cumplen su labor, son más aguerridos, que los de la zona urbana, que esos te miran pasar jugando un arma punzocortante y más por desidia que por temor, no preguntan algo, y los de esa comunidad, montaron todo un operativo, que incluyó además de un interrogatorio, un presunto intento de chantaje. Así fue, como estuvimos unos veinte o treinta minutos viendo la celebración típica de todos los mexicanos en esta cordillera de la Sierra Madre de Chiapas, que separa las aguas que alimentan el golfo de México al lado Norte y al Océano Pacífico al lado sur. Tomamos algunas gráficas, de las marimbas y sus ejecutantes que bajo los efectos del alcohol, improvisan remixes de distintos géneros, de la gente que aprovecha para enamorarse y otros más que solo llegan a tomarse el aguardiente, que los dolientes, han dejado como ofrenda sus difuntos.
Al salir, Reydover, dice: “y si les hubiese dicho que soy periodista y le sacaba la credencial, tal vez, así no nos pedían dinero,”. - Cállate, si hubieses sacado credencial, capaz que hasta un tu rato te encierran, en sus mini celdas, que en mismo panteón tienen” – le digo.

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