viernes, 1 de marzo de 2019

Si mañana vienes a Motozintla



Lo que a todos nos atrapa en esta ciudad son sus caminos en la montaña por donde la cal, el barro y el polvo van acumulándose en tus pies, mientras sorteas el estiércol de las bestias y viajas a realidades distintas mientras eres acompañado del sonido permanente de los grillos, cigarras y aves.

De pronto un correcaminos aparece y pareciese burlarse de tu trote pausado, como si te invitase a una carrera atraviesa el sendero y desaparece en un instante.

Hay sonidos lejanos como el crujir de la leña y el chirivisco que cede ante tu caminar, si no lo vives no puedes imaginarlo, si lo narras pierde su esencia.

Liebres con las orejas de mayor tamaño que los conejos domésticos, remiten a fábulas griegas en las que sobrepasa nuestra capacidad de asombro.

Y los niños se entretienen recogiendo tesoros, para cualquiera solo basura orgánica, para ellos silbadores, hélices y claves de música.

Trepas a un copal y haces de la resina que emana del copal un chicle momentáneo que más tarde tirarás, pero cuando llegas a casas, su aroma vuelve a hacerte revivir la experiencia de contemplar la belleza de la copalera.

Si no caminas no filosofas, si no filosofas ¿para que vivir?, por eso tanta gente sabia hay entre los ejidos y comunidades que están más allá de la ordinaria mirada y más allá de la mancha urbana en la que los pobladores acarrean agua mediante artefactos finamente construidos de manera artesanal y en la que las mangueras ocultas a veces bajo la hierba atraviesan hondonadas de vegas y abismos para llegar a otros domicilios.

Sudas, porque el movimiento lubrica los músculos, la acción te hará necesitar un descanso, mientras descansas sentirás sed, ya sea que la sacies o no, llegará la epifanía ¿Quiénes somos para alterar la cotidianidad?, ¿Cuan insensibles somos para llamar a esto paisajes desolados y olvidados de la mano de Dios?.

Luego deseoso de volver pronto continuarás tu marcha, aunque nadie sepa tu gozo, y aunque no vuelvas nunca, en tu mente llevas la estrofa de una melodía nueva y que no podrás escribir, ni compartir, porque quizá otros tendrán que hacerlo por ti, otros que sabrán decir, lo que a ti hoy, se te hace un vaguido entre el pecho y el alma.

Si mañana vienes a Motozintla, haz el recorrido en silencio y cuando vuelvas a donde vienes, un poco de magia tendrás añadido a tus ojos, a tu recuerdo y a tu entendimiento que será cada día más grande.

Mañana Motozintla será otro, mientras tanto bebe con tus ojos la poesía del paisaje que es hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario